Universitarios Vs “Villanos”

Universitarios ven en el Gobierno Federal a la encarnación misma del “villano” de la película. Y es que en el 2010 y 2011 poco más de la mitad de los ciudadanos (54.8% y 54.9%, respectivamente), con estudios profesionales, aseguraron que les fue cada vez peor en los últimos dos años y responsabilizaron de su mala fortuna a las autoridades comandadas desde la residencia oficial de Los Pinos. Los funcionarios municipales y estatales, en cambio, fueron percibidos “casi” como “blancas palomitas”.

Si creemos a pie juntillas los fríos datos publicados por Mitofsky, ni duda cabe: los “malos” tienen rostro y nombre, son panistas, por consiguiente bigotón@s (chilang@s) y caminan por la derecha… se puede inferir. Y que quienes los acusan sean precisamente mexicanos y mexicanas que “se quemaron las pestañas” en alguna Institución de Educación Superior (IES), es sintomático. Cada Alma Mater del país es semillero de gente crítica y reflexiva, así como de potenciales líderes y tomadores de decisiones, en el mejor de los casos. En el peor escenario, son productoras de desempleados a quienes pese a habérseles “preparado” se les incumplió la promesa redentora de ascender en la escala social, y tienen razones de sobra para estar frustrados y resentidos.
Por otra parte, sin conceder que la empresa dirigida por Roy Campos sea el dedo de Dios y sus cifras supuestamente sean pasteurizadas y homogeneizadas, de“buena leche”, no dejan de ser indicativas.

Son hasta cierto punto cifras congruentes consigo mismas, al menos,  y son datos que señalan que hoy por hoy solamente uno de cada tres habitantes de la república considera que el rumbo del país es correcto, mientras que casi uno de cada dos (45 %) desaprueba el desempeño de Felipe Calderón, y una proporción similar cree que el problema principal, casi a la par que el de seguridad pública, es el entrampamiento económico. En tanto que, una escasa minoría de universitarios, 16 % y 20% (en el 2010 y 2011) acepta ser personalmente culpable de la “mala” situación que ha empeorado su calidad de vida.

Discurso autoritario VS discurso Universitario

La visión aristocrática que afirma que la educación ofrecida a la plebe o masa de “muertos de hambre”, es un desperdicio y equivale a ofrecer perlas a los puercos, se atribuye al alemán Federico Nietzsche, quien se asegura influyo ideológicamente al multihomicida Adolfo Hitler.

Máxime, constituye una aberración ofrecer estudios universitarios a la masa mediocre, purulenta y desposeída (a los calzonudos, diría Diego Fernández de Ceballos). En la misma lógica discriminatoria, histérica y por completo enfermiza, vigente según demuestran los hechos, parecen coincidir los grupos entronizados en el poder político, amacizados en el poder económico, que se declaran renuentes a considerar inversión redituable y sustentable un mayor presupuesto para el sector educativo, en general, y para las IES, en particular.

Al respecto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) asegura que para el 2011 México se coloco en el segundo lugar entre 34 países considerados, por cuanto a naciones cuya población promedio no ha completado estudios de secundaria. En tanto que en forma oficial se admite que únicamente el 27 % de la juventud accede a los recintos universitarios. Otras estimaciones, no gubernamentales, precisan que el dato real es de un precario 17.5 %, al restar a quienes acceden a un posgrado, ya que el dato se repite amañadamente en la cifra que manejan las autoridades.

La situación es más grave, habida cuenta que solo entre 3.5 y 5 % de jóvenes que provienen de extrema pobreza logra llegar a los recintos universitarios. En nuestro país viven al filo de la navaja 27 millones.

De tal suerte que, la visión aristocrática (fascista) contraria a la visión que valora el conocimiento y la libertad de pensamiento como fortaleza, no como amenaza, no es mero discurso, es una realidad. Y más allá de lo que exponen las inevitablemente cosméticas encuestas de Roy Campos, la hipótesis de la existencia de un determinado régimen político autoritario, no su caracterización meramente formal, institucional o legal, tiene un comportamiento que se expresa en la cotidianidad.

Nuestro país está gobernado por organizaciones políticas partidistas que se proclaman democráticas, no ahora, sino desde muchas décadas atrás, in strictu sensu desde la consagración del constituyente de 1917, y la fundación del régimen de partido único. El cambio de siglas de PRI a PAN, en el Gobierno Federal, no trajo como consecuencia una tendencia opuesta a aquella que desde siempre pretende instaurar una especie de monolitismo político y cultural ( cfr. Gilberto Giménez).
No se daba antes y hoy tampoco se ofrece una competencia política abierta y franca; los medios de comunicación acotados, tienden a dar a conocer verdades a medias, y excluir las opciones de reflexión y análisis. De similar modo, las universidades y los universitarios, en especial los pertenecientes o egresados de la educación pública, desde la óptica del poder integrado por una minoritaria, tienden a ser conceptualizados como parte de un“mal necesario”.

Todo caso, se tiende a menospreciar el gasto en Ciencia y Tecnología (México gasta 25 veces menos que los llamados países desarrollados). En lo tocante a invertir en plazas docentes e investigación en las áreas de Ciencias Sociales, se torna impronunciable una opinión contraria y se cierra el paso a cualquier debate: las Ciencias Sociales, con alguna excepción, son parte de la cultura agónica, en vías de extinción.

El dogmatismo tecnocrático, por cierto, no se origino en los gobiernos de la alternancia (Fox y Calderón), son paradigma instaurado desde los “Chicago Boys” pasando por el delamadrilato, lopezportillato, salinato y zedillato, en que sacraliza la privatización creciente de la vida económica, y esto no excluye la posibilidad de privatizar las instituciones universitarias, empezando por la mediatización político ideológica de sus administradores y gremios correspondientes.

Los “villanos” o los “malos” de la película, en términos gramscianos son un bloque histórico de poder por encima de colores y nominaciones partidistas, no son los priistas o los panistas. El día de mañana bien podrían ser los chicos malos del Peje. Pero en rigor el  problema no es de “buenos y malos”. Es un problema de Cultura Política. Los criterios caciquiles y tecnocráticos, encapsulados en aquella visión aristocrática y autoritaria que inspiro al fascismo europeo, todavía campean en nuestra clase política.

Es el telón de fondo de un país al borde del abismo, que vive en medio de la rapiña sexenal, la corrupción generalizada de sus mas venales líderes patronales y sindicales, y una niñez y una juventud que no ven horizontes, ni presente, ni futuro. ¿Podrán los universitarios, en este esbozo de contexto, más allá de aspirar a convertirse en intelectuales orgánicos, marcar la diferencia y ofrecer autenticas alternativas de organización social posible, así como ofrecer razones para luchar, vivir y transformar la realidad?. ¿Usted qué opina amable lector?

P.D. Por primera vez en su historia, la Universidad de Sonora, declara no tener liquidez financiera para pagar el total de sus aguinaldos a sus cerca de 4 mil 900 trabajadores. A más de ser una institución que se precia de ser de excelencia y con Pedro el Gozoso haber arriado anticipadas banderas blancas, no reconoce en justicia el valor de sus docentes al negarles sistemáticamente dignidad y seguridad laboral. Mil maestros sobreviven como profesores de horas sueltas, sin plaza definitiva, a los que hay que se sumar 500 mentores más que no tienen siquiera garantía de servicios médicos para ellos y sus familias.

¿Harán por fin algo a favor de su Alma Mater nuestros legisladores y altos funcionarios? ¿O acaso serán egresados todos ellos del TEC de Monterrey y similares, y tal vez por ello insensibles a las necesidades de la institución pública? @.